Pienso en ti, hablo de ti, sueño contigo, quiero hablarte a diario, quiero tocarte a diario quiero verte a diario, te conviertes en mi persona favorita.

No lo entenderías si te lo explicara, nadie lo hace. Es parte de este estado mental, es una dependencia enfermiza, claro que sí, pero no es evitable, soy vulnerable, soy apegada. pero luego algo pasa, pequeño como un rumor o grande como un golpe y todo cambia.

Mis músculos se contraen cuando te veo, la ansiedad ataca, por largos ratos ni una sola palabra sale de mi boca y cuando hablas me molestan tus tonos y tu elección de léxico, no te odio pero es un sentimiento parecido un poco diferente al mismo tiempo, un poco más intenso pero no tan profundo.
Repudio mis pensamientos hacia ti, no comento si alguien está hablando sobre ti, tengo pesadillas contigo, no quiero hablarte nunca más, no quiero siquiera rozarte, no quiero verte ni en fotografías, te conviertes en la persona que repudio.

Ni siquiera me importa si me quieres o no mientras todo esto pasa por mi cabeza, estoy muy ocupada creando concenptos al rededor de tu nombre erroneos buenos o malos y me alejo de la realidad, mis sentimientos y mis pensamientos me carcomen de día y de noche, así que sea quien seas, ten cuidado conmigo.