No estoy lo suficientemente borracha para vomitar y llorar, pero si para escribir mierdas que sé que la sobria yo no le gustaría.

Me emborraché porque mi nuevo grupo de amigos y yo somos un trio de solos, que tomamos para ser felices más que por diversión o estar relajados: tomamos porque así podemos ser felices. Los tres nos sentamos en tito aguacate, con un vaso rojo en la mano y nos contamos uno a los otros dos que pasaba con nuestras tristes vidas; gracias al cielo no tuve que ir más allá de mi vida amorosa; se imaginan yo diciéndoles a mis nuevos amigos que mi deseo más grande es morir y que no le encuentro sentido a la vida? No me hubiesen dejado tomar y creanme, quería hacerlo. Ahora, estamos esperando que sea sábado para tomar de nuevo; los tres amantes de la misma música y con el corazón en la manga como dicen los gringos estamos listos para olvidarnos del mundo, trabajar en lo que nos gusta y luego beber hasta perder la conciencia, llorar, reír y estar en paz con nosotros mismos hasta que sea el siguiente día y tengamos que pelear con nuestros demonios de nuevo. Es increíble cuanta gente quiere morir en este mundo ¿Querran ellos morir? ¿Podré recuperarme alguna vez? ¿Seré testigo de ellos convirtiéndose en lo que quieren o solo seré un recuerdo? Odio pensar en la vida, odio tener dudas existenciales; ¿que pasa conmigo? Es mejor estar muerta.



Odio mi vida.


Pero quiero mucho a mis nuevos amigos.