micro
Conocido.
9:00 a. m.El micrófono huele a mal aliento y metal, soy tan pequeña que no importa la altura del micrófono, igual me llega el olor y es un olor familiar; siete años de mi vida haciéndolo mío y aunque apesta y me hace retroceder un poco siempre, lo conozco y lo acepto.
Tomo el poste con una mano y el micrófono con la otra.
Llevo años sin cantarle a nadie más que a las paredes de mi cuarto y al espacio cerrados de los autos en los que voy de copiloto, mientras pienso en esto la música comienza a reproducirse como retándome a sacar mis demonios a través de mi boca, con falcetos y fa sostenido y com si respirara o caminara mi voz sale natural desde mi garganta con ayuda de mi diafragma y estoy cantando de nuevo.
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