Escondidas.

Tengo en mi cuarto ocultas por todos lados pastillas que no me tomo cuando estoy enferma... cuando las necesito, me las quedo, las guardo po...

Tengo en mi cuarto ocultas por todos lados pastillas que no me tomo cuando estoy enferma... cuando las necesito, me las quedo, las guardo porque no me gusta tomar pastillas, prefiero seguir enferma y los que me rodean saben que si tomo una es porque realmente me siento mal; que estoy al borde de mi enfermedad.
Las pastillas no regresan al botiquín de la casa, donde las ponen los demás por si alguien más las necesita, se quedan en cualquier lugar que yo decida que está bien que estén dentro de las bolsas y las cajas que adornan mi cuarto, a veces cuando estoy buscando algo más como un pasador o un sacapuntas, las encuentro y hasta me asombra cuantas he guardado; no las cuento, pero son muchas. Están ahí porque mi poca experiencia en el área de medicina me hace creer que el día que las llegue a necesitar, sus diferentes composiciones y propósitos crearán en mi estómago una reacción digna del arte gore, una que esperemos que acabe conmigo.
Pero, si eso no resulta suficiente, tengo unos sobrecitos de polvo que vienen en las cajas de zapatos; esos que dicen "No consumir" "Do not eat" y advertencias claras, pero concisas y quien sabe, tal vez alguna vez olvide leerlas, pase de ellas y si consuma.

You Might Also Like

0 Comentarios

Flickr Images